La salud se puede definir como un estado de equilibrio. Cuando estamos desconectados de nuestra capacidad para restablecer este equilibrio, estamos en un estado de inestabilidad. El movimiento adecuado conduce a este equilibrio entre la mente y el cuerpo. Con la práctica, el cuerpo gana fuerza, flexibilidad, equilibrio y coordinación, mientras que la mente entra en un estado de relajación a través de la armonía y la fluidez del movimiento y el uso consciente de la respiración.

Mis clases y sesiones privadas están cuidadosamente elaboradas sobre la base de la “persona en su totalidad” que veo en frente de mí y las necesidades particulares de cada uno. De esta forma trato a cada cliente de acuerdo a sus necesidades específicas, creando un programa de ejercicios progresivos efectivo y seguro, creando experiencias de movimiento positivas sin dolor.

Podemos aprender el lenguaje de nuestro sistema, interpretar y procesar los mensajes del cuerpo, hacer cambios en el estilo de vida, que nos pueden devolver la plenitud y la integridad.

Para mí es un gran privilegio poder apoyar a cada persona y brindarle tiempo para que logre concentrarse, relajarse y conectarse con un estado de bienestar tanto físico como emocional.